sabelo

villacresto se hunde solo, no se puede solstener salvo por su careta falsa de mediocridad que empieza y termina en la fachada de corrientes.
sí, detesto a mi barrio. está bien, todo todo no, pero la gran parte. recién empiezo a querer a corrientes cuando empieza ángel gallardo (y sus alrededores, pero eso ya es almagro y caballito, ya no es villacresto).
detesto la cuadra donde vivo, la garita que pusieron enfrente, el policía con cara de violador que está todas las putas noches rondando por la cuadra y cuando vuelvo tarde -o sea, muy seguido- juro que me da miedo. detesto no solo su presencia, sino que no les diga nada a los borrachines del quiosco de la esquina -antes eran los de Atlanta, cuando no había policías- que se sientan en la vereda y hacen comentarios pelotudos, de paso gritan para llamar la atención con sus hijos menores de diez años.
eso de que pongan negocios de diseño (si quieren hacerlo, todo bien pero) no va con el barrio. aceptemos que no es un barrio cool, déjenme de hinchar las pelotas, cnozco este lugar desde que tengo uso de memoria, es un barrio cadorna donde suele hacer copias de otros barrios, donde todo es una máscara y no hay vida propia, no hay un sello personal genuino del cual el barrio pueda valerse (y ojo no me refiero sólo a palermo, eh).
no, villacresto no está bueno. hace rato que lo vengo diciendo (quizás no en el blog, pero muy seguido en la vida real).
la casa donde vivo sigue estando en ese barrio, y durante mucho tiempo estuve cómoda. ahora no, la verdad que no estoy nada bien aca.
o sea, mínimos códigos urbanos.


estoy harta (muy) y si al fin puedo concretar la huída (la rueda que gira y gira y nunca para) creo que no volvería nunca más.