Desde la isla...

Creo que es hora de ir diciendo chau (ya tengo blog pararelo, creo que va a ser mejor).
Fue un año- disparador, disparado, dispar, disparate. Fue una bala tras otra de la conciencia. Disparen solo si lo creen necesario, pero no dejen de hacerlo si asì lo sienten.
El disparo- implulso, en mì, quiere, necesita atenuarse. Me desborda, desencaja. Nadie lo ve, pero està ahi. Hay millones que disparan diferente, pero el mìo, mi disparo, siempre va a ser ùnico (aunque la ilusiòn parezca decir otra cosa, aunque aparezcan del èter otros que vienen a llevarse lo nuestro, que nos hechan, que parecen sacarnos nuestro lugar de manera intempestiva).
Demasiadas ilusiones (ese serìa otro punto). Metas que son disparos de la conciencia que salen y se posan y van hacia distintos lugares, que se dispersan en el espacio, que me dan miedo cuando salen y se revientan contra la superficie ¿yo disparè asì? ¿ese fuè mi disparo? Otros que son defensa de cosas que no. Otros que pueden articular diferentes acciones: ser, decir, pensar, actuar. Acciones ìntimas como un disparo que no se racionaliza, emociones como un vertedero de fluìdos internos que no se controla y se va para cualquier lugar.
Mirar los propios disparos en carne viva da vèrtigo (no importa mucho a què me refiero).
Y como siempre, llorar a mansalva (ser hipersensible no es una eleccion). Y el que salga como salga. Y el nada de nada es porque si. Entonces, a pulirse hasta quedar afinado para todo lo que sigue, para todo lo que viene. A vaciarse para volverse a llenar con algo diferente.
Cuando lleguè a esta isla, escribì ¨es infallable: siempre un desamor y llorar en el micro todo el viaje, a medio dormirme¨. Despuès, intentar aprincesarse como acciòn purificante.
Y permanecer asì. Sin alarmas ni sorpresas. Sin disparos, por favor.


Paz, felicidad y amor para todos.
Que la pasen muy, muy, muy bien. A cuidarse.


mamà Lu