Eran aprox. las 22:20 del Miércoles, hace pocas horas. Salgo del subte y camino sobre Callao a paso rápido hacia Córdoba (me dirijo a la función de Princess Racoon- sí, Bafici- en el Atlas Sta Fe). Al pasar media cuadra, justo antes de llegar a Lavalle, veo a un hombre -oficinista treintañero, aparentemente- acunando a un bebé sentado en el piso del palier de un edificio. La cara de este hombre era adorable, miraba a los transeúntes como si el en verdad fuese un bebé y lo estuvieran cuidando.
Dios, cómo tanta dulzura Dios, cómo puede ser
puede estar contenida que en una sola imágen
en una sola imágen? esté contenida tanta belleza?

Sin duda, fué una de las imágenes mas tiernas que vi en meses. No exagero.
Hubiese querido abrazar al hombre, decirle que no tema.
¨Bienvenido al mundo¨, decirle.
¨No temas, porque sos un hombre hermoso y nada te va a faltar¨.
Hubiese querido decirle, pero no, pasé como una transeúnte más por ese lugar, pero con una convicción o deseo claro ¨que el padre de mis hijos tenga la misma actitud¨.