martes, 13 de noviembre de 2007

Delay (o arbitrariedad)

Caigo en la cuenta de que hay muchos post que tipié pero no postié, o que escribí pero no publiqué. Ojo, es algo que a nadie debería importarle más que a mi. Y me apena, porque no se puede volver atrás. Por momentos, el apego es algo que se gesta dentro de uno si eso que lo produce genera confianza o calidéz o bienestar. Pero sí, me doy cuenta de que a este blog tiene personalidad diariense.
Entonces, delay. Porque a veces olvido contar y solo me doy cuenta cuando transcurrió una considerable cantidad de tiempo desde que algo pasó. Este espacio es, además, un gran artificio cuando miro desde donde lo construyo, desde donde pretendo sostenerlo: la ciclotimia como una escenografía de lo arbitrario, de lo imperecederos o caprichosos que son mis estados.
Lo importante es que, en este contexto, nada de todo eso tiene tanta importancia. En todos los casos, todo lo que se diga es más producto del azar que cualquier otra cosa.
La semana pasada, N. soltó un estoy pensando en dejar el blog. Creo que primero pregunté si lo decía enserio, pero después la felicité por su decisión. Desde ya que no seguir leyéndola me apenaría. Pero las felicitaciones van hacia qué bien amiga, lograste salir del mecanismo/ lograste trascender incluso tu blog que está bueno y con o sin blog seguís siendo una joven poeta ascendente y con o sin blog escribís cosas interesantes y demás.
Claro que todo depende de uno y de la intención (para mi todo depende, siempre).
Pero hay cosas que me hacen darle mas valor al blog. Por ejemplo, tener un lector de quien ya recibí su tercer mail, luego de haberse declarado lector en el primero, con citas de Marx y Derrida. Al final del mail, en donde va la dirección, figura en lo más alto una frase en catalán (incluída, la palabra cooperació -sin la n, lo cual me causa risita).

wait a minute mister postman!